¡Hola de nuevo familia plastiquera!

Llevo mucho tiempo queriendo hacer un blog del movimiento Zero Waste y su relación con la mujer y qué mejor que hacerlo en la semana del 8M.

¿Piensas que el Zero Waste es la mejor forma de combatir el problema plástico? ¿Crees que el movimiento cero residuos solo tiene ventajas? ¿No sabes qué relación tiene todo esto con el 8M y el feminismo? Entonces necesitas leer este blog.

La influencia de las redes

El movimiento Zero Waste ha inundado nuestras redes sociales. Instagram esta lleno de influencer con cocinas sacadas de revista, minimalistas, con preciosos tarros de cristal y plantas. Esto ha tenido gran repercusión entre lxs consumidorxs de estas redes sociales, que somos personas como tú y como yo.

A través de estxs influencer y sus cocinas nos llega algo más que comprar a granel para evitar generar residuos. Nos llega un estilo y forma de vida. Después de comparar nuestras cocinas antiguas y llenas de tarros de frutos secos con pegatinas en su exterior que pone: “aceitunas” nos empujan a consumir. Sí, ha consumir para satisfacer ese deseo de una cocina blanca, impoluta, con envases de cristal y pocos “cacharros”.

tarro cristal

Eso hace que muchas veces se tiren tapers de plático en perfecto estado para ser sustituidos por unos nuevos de cristal, más modernos y fotogénicos para subir a sus redes. También nos lleva a tirar esos tarros de crital de aceitunas o legumbres cocidas al contenedor de vidrio para que sean reciclados en lugar de utilizarlos. Aquí ya tenemos un error ambiental, para que os hagáis una idea según ReWine solo con reutilizar las botellas de vidrio de vino de Cataluña se estarían ahorrando más de 100 millones de Kg de Co2 anuales y más de 21.000 toneladas de residuos. ¿Os imagináis el ahorro que supondría reutilizar varias veces todos los envases de vidrio del mundo?

Está claro que reciclar también ahorra energía y por tanto emisiones de Co2. Según nuestro querido Ecovidrio (ironía modo on) reciclar vidrio ahorra un 52% de emisiones de CO2 frente al uso de nuevas materias primas. Por tanto, no hay nada mejor para cuidar del medio ambiente que reutilizar esos frascos del super o estirar todo lo posible nuestros viejos tapper antes de depositarlo en el contenedor adecuado.

cocina

La mayoría de influencer activistas del movimiento Zero Waste como Bea Johnson, Gabriela Baeza Zamora, Shia Su, Kathryn Kellogg y Lauren Singer (entre otras) además de tener este tipo de cocinas tienen algo más en común. Son mujeres. ¿Pensáis que es casualidad? Yo no.

El machismo en el zerowaste

No es ninguna novedad decir que, por regla general, las mujeres se preocupan más por el cuidado del medio ambiente, así lo avalan muchos estudios . Ahora, ¿por qué ocurre esto? principalmente por la educación que hemos recibido, la sociedad espera de nosotras que seamos empáticas, altruistas, delicadas y que cuidemos de los demás entre otras cualidades. Estas dotes son las que precisamente se requiere para la conservación del medio ambiente. Como resultado de este estereotipo, muchos hombres rechazan llevar una vida más sostenible, consumir productos ecológicos o llevar a cabo acciones como reciclar, y así evitar que les tache de tener poca masculinidad. Parece increible ¿verdad?, pero así lo señalan varios artículos, no es que yo me lo este inventando. De hecho, si reflexionamos un poco… ¿Cuántas campañas de marketing de productos sostenibles van dirigidas a hombres? La mayoría están orientados a tareas, que nos guste o no, todavía hoy en día recaen sobre la mujer, como cocinar, lavar la ropa, salud familiar, etc. Por tanto, socialmente ser sostenible se traduce en mujer. De hecho según el Centro de Estudio Demográfico las mujeres dedican hasta seis horas más que los hombres a la semana a las tareas domésticas y de cuidado. Puede que este no sea tú caso pero no podemos extrapolar un caso concreto a toda la población. Por esta razón debemos seguir trabajando para que la tendencia siga al alza.

En vista de todo lo anterior el movimiento Cero Residuos, que busca reducir los residuos hasta prácticamente eliminarlos, puede ejercer más presión sobre las mujeres. Por eso es importante que seamos críticxs con los movimientos y que los analicemos. El movimiento Cero Residuos tiene muchos puntos positivos. Fomentan y practican reducir tus residuos, reutilizar y rechazar. Comprar a granel, productos de limpieza caseros para evitar envases, experimentar en el novedoso oficio que será el de maestro compostero (de eso podemos hablar otro día si queréis). Pero también tendrá su lado negativo si toda esta carga vuelve a recaer sobre la mujer y nosotras la aceptamos sin más.

Tratar de reducir residuos siempre será bueno y beneficioso para la sociedad y el medio ambiente. Pero la sociedad no solo esta compuesta de mujeres, por eso para avanzar tenemos que concienciar a todas las personas que la forman.

Constancia y comunidad las mejores herramientas

Como todo en esta vida es mejor empezar poco a poco. Si no abandonaremos en el camino frustradxs y antes de lo que pensábamos. Es mejor concienciar a todos de hacer pequeños gestos, como llevar una bolsa reutilizable a la compra o usar botellas reutilizables, que obligarnos a levantarnos media hora antes para hacer la leche casera y acabemos abandonando.

Cuando intentamos cambiar un mal habito arraigado en nosotros, este parece que nos boicotea para que nos cueste un gran trabajo dejarlo. Por ejemplo dejar de fumar nos genera ansiedad, mal humor, mareos…Todo hace que te resulte más fácil continuar con el mal habito que acabar con él. Pues con el residuo cero pasa algo parecido y por eso es importante rodearte de una comunidad que te apoye y no te sientas sola en tu decisión. La unión hace la fuerza y esta no iba a ser una excepción. Rodéate de gente que este en consonancia con tus ideas y dispuesta a ayudarte cuando lo necesites. No te dejes influir por esas otras personas que todavía viven ajenas al problema. El día que nadie se extrañe con tu decisión de reducir en residuos, será porque todos han asumido ya que realmente hay un problema. Ese día empezaremos a marcar la diferencia, porque para solucionar un problema lo primero que hay que hacer es aceptarlo.

Espero que os haya gustado mi nueva reflexión.

¡Mucho ánimo en este viaje sostenible! Sé que no es fácil, pero ¡no es imposible!

¡Hasta pronto familia plastiquera!